John Ackerman

Morena: unidad democrática

La Jornada, 12 de Julio de 2021

Por: John M. Ackerman (@JohnMAckerman)

 

La Cuarta Transformación no puede mantenerse como un simple cambio de gobierno o siquiera de Estado, sino que también debe trastocar la cultura política de la Nación.  Debemos transitar de la vieja cultura política PRIísta de obediencia y de silencio, donde la “unidad” se impone a partir de la eliminación de las diferencias, a una nueva cultura de participación y de debate donde la unidad se construye a partir de la diversidad y la pluralidad.

El “exhorto” publicado por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) del Partido Morena el pasado jueves, 8 de julio constituye un nítido ejemplo de como las viejas prácticas se han anidado incluso dentro del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador.  En el documento aprobado de manera unánime por los cinco integrantes de este órgano de justicia intrapartidaria bajo la clave CNHJ-169-2021, la CNHJ “condena enérgicamente las manifestaciones ocurridas en el marco del evento de celebración de los 3 años de las Victorias del Pueblo” en el Auditorio Nacional. Según los cinco jueces del buen comportamiento de los militantes, estas manifestaciones críticas a la dirigencia de Mario Delgado “demuestran un espíritu contrario a los principios democráticos de unidad que deben primar en la convivencia entre compañeros de partido y de proyecto de nación”.

Es importante señalar que la CNHJ no es cualquier órgano, sino que tiene la facultad de sancionar a los y las integrantes de Morena con la suspensión de sus derechos partidistas, a votar o ser votado por ejemplo, e incluso con su expulsión del partido.  Así que la llamada de atención no es simplemente discursiva sino que constituye una amenaza directa a la militancia.

El mensaje autoritario y censurador es perfectamente claro. O se callan o se atienen a las consecuencias.

Ahora bien, evidentemente hubiera sido mejor que el profundo descontento de la militancia con el liderazgo de Delgado hubiera encontrado una vía interna, más discreta y productiva, para manifestarse.  Sin embargo, tal y como ya hemos relatado en estas mismas páginas, la paulatina destrucción de la institucionalidad democrática del partido ha ido cerrando una por una todas las puertas a la participación de la militancia (véase: https://bit.ly/36twYl5).

Hoy por hoy ninguno de los órganos del instituto político funciona cabalmente de acuerdo con la normatividad interna.  Se supone que el Consejo Nacional del partido finalmente se iba a reunir ayer, domingo 11 de julio. Pero esta reunión fue cancelada de última hora por motivos ocultos.    

Abuchean a Mario Delgado en evento del tercer aniversario del triunfo de AMLO

La única vía que les queda entonces a los y las militantes para expresarse es literalmente desde las gradas, la cual hicieron valer con valentía y dignidad el pasado 8 de julio.  De manera totalmente pacífica y sin levantarse de sus asientos, la mayoría de los asistentes al acto en el Auditorio Nacional recibieron el discurso de Delgado con chiflidos y abucheos.

Es falso que esta protesta haya sido organizada previamente por Claudia Sheinbaum o algún otro grupo. Fue una expresión espontánea y auténtica de parte de individuos libres que aprovecharon el único foro disponible para expresar su descontento.

Pero aún más sorprendente que la manifestación misma, fue la respuesta de Delgado.  De manera similar a la reacción de Enrique Peña Nieto después de su encuentro fallido con estudiantes de la Universidad Iberoamericana el 11 de mayo de 2012 que dio origen al movimiento #YoSoy132, el Presidente de Morena inmediatamente emprendió una cacería de brujas en contra de los supuestos “infiltrados” que creía habían orquestado la acción de protesta.

Cuando Peña Nieto se escondió en los baños de la Ibero

Un líder maduro, fuerte y con legitimidad primero hubiera tomado un largo respiro para después emitir personalmente un llamado a la concordia junto con una generosa invitación a la unidad.  De manera franca y de cara a la militancia, Delgado tendría que haber convocado a los inconformes a dialogar y a conversar sobre el pasado, el presente y el futuro del partido y de la Cuarta Transformación.

Pero en lugar de demostrar sus dotes de liderazgo democrático, Delgado prefirió tomar la ruta PRIísta de presionar a otros a suplir por su falta de carisma. Así, la CNHJ, que de acuerdo con el artículo 49 del Estatuto debe ser un órgano “independiente, imparcial y objetivo”, decidió tomar partido a favor de la dirigencia, dejando a los militantes en un estado de total indefensión.  Su “enérgica condena” a la militancia en este caso contrasta de manera notable con el silencio cómplice de este órgano con las innumerables violaciones a los estatutos cometidos todos los días por la dirigencia.

La unidad es necesaria, desde luego. Pero una unidad impuesta desde arriba a partir de la exclusión y la censura no generará la fortaleza necesaria para defender los logros y consolidar la Cuarta Transformación.  Solamente una unidad que se construya desde abajo y a partir de la más amplia pluralidad de voces tendrá suficiente fuerza para resistir los constantes embates de la oposición golpista.

John M. Ackerman

Director del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) e Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Escritor y activista. Doctor en Sociología Política y Doctor en Derecho Constitucional.

Comentarios

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  • La República Moral Mexicana ha de estar formada por ciudadanos razonables que han tenido que desarrollar habilidades y talentos disciplinados que les den la capacidad para marcarse fines apropiados y su realización; es decir que su conducta dependa de principios éticos con los cuales determinar sus deberes como ciudadanos (conductas posibles) y así también promover su felicidad a través de la realización de fines permisibles universales y colectivos y no sólo individuales y privados.
    Y estos principios (nuestra propia felicidad se juzga en relación con la felicidad ajena) también se han de hacer realidad en las instituciones constitucionales democráticas a través de ordenamientos va sociales correctos y justos para lograr una forma de vida ética estable, si se siguen esos principios, a pesar de que la República de personas razonables no se consiga plenamente en poco tiempo, pero esto es un bien posible aunque no plenamente alcanzable, sobre todo ahora que las escuelas están cerradas. Es una República, no somos súbditos, que mediante sus instituciones se garantiza nuestra libertad (las decisiones libres dan comienzo a una nueva serie de sucesos), dónde los ciudadanos son miembros colegisladores del Estado. «Porque aquello que no puede decidir el pueblo entero sobre sí mismo, tampoco puede el legislador (la clase privilegiada) decidirlo sobre el pueblo» -Kant-.
    Qué fines y bienes tanto individuales como colectivos son permisibles para el interés colectivo y la vida?, a fin de evitar la anomia social y la lucha de todos contra todos, que atenta contra la unidad interna y la cohesión social, pues también hay líneas rojas: los fines con arreglo a intereses inconfesables y hasta imperialistas y no con arreglo a valores, para tan solo ganarse unas criptomonedas digitales (criptobolsa). Semejante a lo que sucedía con la esclavitud, dónde unas «personas» tenían todo el derecho de humillar cruelmente a otras y abusar de ellas sin ninguna sanción legal por parte del Estado.
    «El Estado es la arena en la que los individuos pueden perseguir libremente sus fines de acuerdo con los principios que cada cual puede considerar como razonables y equitativos» -Rawls-. Sé una persona y respeta los derechos de los demás como personas: no violeta ni lesiones su personalidad, promueve la felicidad ajena. Que cada uno haga lo que debe y sea después lo que fuere.

  • ¿Y qué esperabas mi querido John? ¿Petroleo? Es de párvulos analizar la trayectoria de Mario Delgado: Es corifeo de Marcelo Ebrard, quien a su vez, fue corifeo de Manuel Camacho Solís, quien a su vez fue uno de los principales operadores políticos de la camarilla -¿O deberíamos llamarle pandilla?- del innombrable Carlos Salinas de Gortari, a quien los politólogos de aquella época definieron como creador del régimen autoritario, plutocrático, nepotista, excluyente y oligárquico que bajo el lema salinista de «Mucha administración y poca política» (¿Suena familiar don Porfirio?), de la mano de los «Chicago Boys», son los responsables e instrumentadores de la larga noche neoliberal en México, que trajo como consecuencia el atroz empobrecimiento del pueblo mexicano, que al día de hoy, más de la mitad sigue viviendo en la extrema pobreza; ¿Y con esos antecedentes le pides a Torquemada que acabe con la Santa Inquisición? Líbrenos Dios de que Marcelo Ebrard llegue a la presidencia porque vamos a volver a vivir el criminal viraje a la extrema derecha que se vivió con Manuel Ávila Camacho, «el Presidente Caballero», a quien, en el error más grave de su vida, el general Lázaro Cárdenas prefirió sobre su paisano el General Francisco J. Mújica, hombre de izquierda y de sólidas convicciones revolucionarias y que desde el primer día de su mandato inició, de la mano del gobierno de los EUA, el desmantelamiento de las políticas sociales del régimen cardenista. Pues ése es el origen, desarrollo y evolución de Mario Delgado, quien como chivo en cristalería, ha destrozado todo (lo poco) que AMLO había logrado construir en el Movimiento (que NO partido) de Regeneración Nacional y que en tan poco tiempo al frente de MORENA, ha despreciado, marginado, ignorado e insultado a la amplia base de inconformes que, provenientes del PRI, del PAN y del PRD se habían unido a MORENA la de AMLO, y que en su lugar y en aras de un pragmatismo político que bien podría darle cabal sepultura a MORENA en el 2024, trajo a este Movimiento (me rehúso a llamarlo partido) a candidatos espurios salidos de los sótanos del PRI y del PAN y los encumbró en las gubernaturas y en los congresos locales y el federal, en unas elecciones que ganó AMLO, a pesar de MORENA, desde donde (ojalá me equivoque) procederán a defender a sus cómplices prianistas y su proyecto neoliberal de gobierno. así pues en este contexto ¿Qué es necesario hacer? Pues de entrada sacar a Mario Delgado Y toda su clica, como dicen los chavos, de la dirigencia de MORENA y volver a usar la fórmula de AMLO: Escuchar al pueblo, a los de abajo y convocar a los inconformes con las criminales políticas neoliberales de los últimos 40 años a unirnos y crear un verdadero partido político de izquierda, SIN Ebrardistas, SIN Monrealistas, SIN Padiernistas, SIN las tribus «de izquierda» que integran el politburó estalinista y dogmático que se ha apoderado de MORENA, para formar una enorme base popular que luche por la continuidad de los programas sociales que AMLO ha echado a andar. Si MORENA no se sacude estos polvos prianistas a la brevedad posible, que el Señor nos agarre confesados en el 2024.