John Ackerman

El bloque opositor

La Jornada, 13 de diciembre de 2020.

Por: John M. Ackerman (@JohnMAckerman)

 

 

La conformación de un bloque opositor, entre el PAN, PRI y PRD, constituye una excelente noticia para la democracia mexicana. La rearticulación de estos tres partidos que lanzaron el “Pacto por México” en 2012 despeja el panorama político.  Su unidad deja más nítida que nunca la gran división histórica actual entre los “liberales” que buscan progresar y los conservadores que quieren retornar.

Son tiempos de definiciones. Así como 30 millones de personas acudimos a las urnas el 1 de julio de 2018 para repudiar al viejo sistema de corrupción y saqueo, el próximo 6 de junio de 2021 tendremos la oportunidad de enterrar de una vez por siempre al antiguo régimen.

Recordemos que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) recibió únicamente 2.83% por ciento de la votación para la Presidencia de la República en 2018.  Hoy cuenta con solamente tres Senadores de la República y trece Diputados Federales. Casi todos estos representantes son desconocidos para la población en general, menos Miguel Ángel Mancera, cuya “fama” no es precisamente positiva.

Es casi seguro que el PRD perdería su registro si compitiera solo en las elecciones de 2021, ya que difícilmente alcanzaría el umbral necesario de 3% de la votación al nivel nacional.  Así que este otrora partido de izquierda hoy busca colgarse del PAN y el PRI en un desesperado intento de salvar su pellejo.

Aun así, no existe garantía alguna de que el partido del oportunismo y la hipocresía sobreviva más allá del próximo 6 de junio, ya que de acuerdo con la nueva legislación electoral solamente se suman los votos emitidos expresamente a favor de cada uno de los partidos en una coalición. Ya no es posible la vieja práctica de trasladar votos de un partido a otro dentro de una coalición con el fin de mantener su registro.

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) también se encuentra en vías de extinción. Se antoja muy difícil que en 2021 este partido pueda superar el 13.56% que recibió en la elección presidencial de 2018. La tendencia de votación para el PRI se encuentra en franco declive desde hace una década. En 2012 Enrique Peña Nieto recibió 38% de los votos. Después, en 2015 el partido oficialista ganó solamente 31% de los sufragios, aún en el contexto de una Presidencia en manos del PRI y con millones de pesos del erario público fluyendo ilegalmente hacia las campañas electorales.

En 2018, el PRI todavía contaba con todos los recursos del Estado y muchos empresarios y grupos semi-delincuenciales le debían favores a Peña Nieto. Pero hoy el PRI ya no tiene acceso al dinero público ni respaldo de los poderes fácticos ya que difícilmente puede prometer impunidades o corruptelas futuras. Así que sería un verdadero milagro si este partido recibiera más de 10 por ciento de la votación nacional en las próximas elecciones.

El Partido Acción Nacional (PAN) cuenta con una base electoral más sólida que el PRD o el PRI. El 17.65% de la votación que este partido recibió en la elección presidencial de 2018 constituye el máximo nivel de su “voto duro” al nivel nacional. No más de 15 o 17 por ciento de la población mexicana se identifica con las ideales de la derecha (clasista, racista y machista) enarboladas por este partido que se creó en 1939 con el fin de combatir al Cardenismo y los principios democráticos de la Revolución Mexicana.

Así que en el escenario más optimista la suma de los tres partidos que van en alianza para 2021 alcanzaría apenas 30% por ciento de la votación.  Aunque en realidad probablemente sea menor, ya que Movimiento Ciudadano, que va por la libre, jalará también un porcentaje del voto de derecha.

Todo parece indicar que Morena, junto con los partidos aliados a su causa, podría recibir hasta 70% de la votación en las elecciones intermedias de 2021. Ello correspondería casi exactamente a la actual tasa de aprobación ciudadana a favor del Presidente de la República.

Un resultado de esta naturaleza permitiría que el proyecto de la Cuarta Transformación avance con mayor fuerza y contundencia durante la segunda mitad del sexenio que en la primera. Permitiría marcar aún más claramente el viraje histórico, a favor de la honestidad, la participación y la justicia, en que todos nos encontramos inmersos.

Con razón andan tan nerviosos los consejeros electorales, empresarios, periodistas, intelectuales, medios y organizaciones de la sociedad civil que participan en el Bloque Opositor Amplio (BOA). Se niegan a aceptar su contundente derrota en la disputa por las conciencias en el nuevo contexto democrático de la Cuarta Transformación.

John M. Ackerman

Director del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) e Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Escritor y activista. Doctor en Sociología Política y Doctor en Derecho Constitucional.

Comentarios

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  • En resumen john es imposible que puedan tener algún resultado positivo todo lo que expresas es más que sabido y consevido, esos partidos existían porque el gobierno los maisaba para que nos engañen a toda la población de Mexico, gracias a gente como tú que informa la realidad de las cosas nos abre más las posibilidades de un buen bienestar para los mexicanos te felicito john

  • Magnífico análisis querido John. Urge que en MORENA exista una línea clara de aglutinamiento de las fuerzas progresistas de México que simpatizan con la 4T y AMLO. Saludos desde Iguala, Guerrero.

  • John el principal bloque opositor de AMLO y la transformación de este país, es la ambición desmedida de los que están al frente de MORENA, se están convirtiendo en un lastre que, de seguir así, terminaran peor que el PRD; ya deben desarrollarse la formación de cuadros que esta propuesto y no ha podido avanzar el Fisgón, trabajar con las bases, tener candidatos salidos del pueblo y sancionados por ellos no por las cúpulas integradas por los Monreal, los Marios Delgado, los Cuellar, los Sandoval en Guerrero y toda una cauda de negativos al partido y las políticas que se requieren, y el respaldo necesario al proyecto, de un partido fuerte y jalando al mismo objetivo, para sacar adelante este maravilloso proyecto: transformar a México….

  • Efectivamente mi querido John, de los tres no se hace uno. El PRI se desintegró por los buenos oficios de Carlos Salinas de Gortari, el PAN (que en realidad nunca existió como partido político) se desvaneció en cuanto llegó al poder con el vendedor de refrescos y se precipitó al despeñadero con el dipsómano de caricatura y del «Perderé», qué decir: Dejó de existir correteando las prebendas que como pago por sus complicidades le arrojó como limosnas el régimen neoliberal que en sus orígenes combatió. Así que ya sin máscaras, esta troupe de cirqueros asisten a su propio funeral y su formal entierro en la próxima jornada electoral del 2021.

  • Espléndido, John, tan comprometido siempre con la urgente transformación de nuestro país. El problema es que a Morena no se le ve la cara. Ante tiempos nuevos, se requiere un partido nuevo. Un partido movimiento. Donde la gente se encuentre y se sienta acogida. Y crezca en todos sentidos. No se puede seguir con la misma lógica electoral. Se ponen a correr cuando vienen elecciones. Se continúa con la estructura vertical de siempre donde unos cuantos toman desiciones, manejan información. La formación es urgente. La organización es urgente, no para un objetivo puntual sino permanente. Para crecer y transformar. Un partido que marque la diferencia. Respetado. No se trata nada más de ser Obradorista. Morena tiene que ganarse el derecho a existir por sí mismo.

  • Mientras Mario delgado y Ricardo Monreal no dejen esa actitud de servilismo hacia los opositores al gobierno de la 4T se ve difícil pero no imposible que se logré un cambio deben de hacer valer el poder que tienen en favor de morena y PT en apoyo al sr. Presidente de México y así lograr el tan anelado cambio por qué no solo soy yo .muchos ojos están pendientes de su actuar y no es lo mejor señores..he dicho…apoyo total para AMLO

  • Gracias John por la información clara y puntual acerca de las condiciones políticas de estos partidos que se han caracterizado por la corrupción. Ahora sumando su desprestigio. Sin embargo, es importante no caer en un exceso de confianza y la 4T debe trabajar con mucha responsabilidad para seguir impulsando la transformación de un México más equitativo y democrático.