Derechos humanos y crímenes de lesa humanidad: entrevista con Arturo Peimbert

Es una lástima que el entrevistador suela sabotear las declaraciones y los construidos discursos de sus entrevistados; se les interrumpe con frenetismo, como si hubiera que justificar con esas barbaridades quién es el que manda.
Lo menos majadero que ocurre, y se toma como rehén a quienes escuchamos, golpeados además en nuestra paciencia, es la tara de tener que sufrir pujidos, los “ajá”, “sí”, “claro”, “qué bien”, “bueno” a cada breve intervención del parlante, actitud con la que se desprecia la inteligencia de quien escucha y está interesa en el tema.
Por favor: autocrítica, respeto y paciencia en favor de quien tiene la gentileza de hablar de lo que sabe… y de la audiencia, que es a quien se supone que está dedicado el programa.