John Ackerman

El miedo a la libertad y la revocación de mandato

La Jornada, 25 de marzo, 2019

Por: John M. Ackerman (@JohnMAckerman)

 

 

Quienes hoy se lanzan en contra de la revocación de mandato exhiben su simpatía por el pensamiento neofascista. Al rechazar esta figura de democracia directa, huyen de la libertad y abrazan una lógica autoritaria de supuesto «orden» social y obediencia ciudadana.

A mediados del siglo pasado, Erich Fromm y Theodor Adorno develaron los entretelones de la «personalidad autoritaria» que había permitido el ascenso del fascismo en la Alemania Nazi y otras naciones después de la Primera Guerra Mundial. De acuerdo con el libro clásico de Fromm, El miedo a la libertad, el rompimiento de las estructuras tradicionales y lazos comunitarios propio del proceso de «modernización» genera una angustia psicológica que empuja los individuos más débiles a aferrarse a cualquier nueva figura de autoridad que pueda poner «orden» al nuevo mundo más complejo y dinámico.

En lugar de abrazar las nuevas oportunidades para la participación y la experimentación que implica la llegada de la democracia, estas personalidades inseguras prefieren el refugio de un renovado autoritarismo modernizado en la figura del «Fuhrer» o el «Duce».

Erich Fromm en 1974. Foto: Especial

Hoy Andrés Manuel López Obrador busca precisamente romper con esta lógica autoritaria al promover nuevos mecanismos de participación directa de la ciudadanía en la política nacional. Sin embargo, de manera perversa y torcida se le acusa al Presidente de la República de querer utilizar estas mismas herramientas libertarias para centralizar y consolidar su propio poder.

La iniciativa de reforma constitucional presentada por Morena, y ya aprobada por la Cámara de Diputados, es perfectamente clara con respecto a su intención de empoderar a la ciudadanía frente a la autoridad.

Primero, se reduce el umbral de firmas requeridas para llamar a una consulta popular de dos a un porciento de la lista nominal y también se reduce de 40 a 25 porciento el mínimo de participación en la consulta correspondiente para que el resultado sea vinculatorio.

AMLO muestra un documento en el que se compromete a no reelegirse. Foto: Especial

Segundo, se establece la figura de revocación de mandato que faculta a la ciudadanía para suspender a la mitad el mandato de un Presidente de la República, Gobernador o Jefe de Gobierno que incumpla con sus electores.

Las críticas no se han hecho esperar. La COPARMEX dice que el proceso de revocación de mandato constituiría una especie de «reelección», cuando la realidad es justo lo contrario. La reelección, que paradójicamente la misma COPARMEX promovía activamente en su momento para legisladores y Presidentes Municipales, implica un segundo mandato para la misma persona. La revocación, en contraste, significa la suspensión anticipada del primer mandato.

Margarita Zavala ha señalado que la figura de la revocación de mandato podría tener «más riesgo de lograr un poder extra electoral que de participación ciudadana». De alguna manera la señora Zavala tiene razón. Precisamente lo que se busca con las figuras de democracia directa es empoderar a los ciudadanos más allá de solamente el momento electoral para mantenerlos siempre activos y vigilantes, listos para castigar a un mal gobernante aún cuando haya ganado una primera elección.

Margarita Zavala. Foto: Especial

Lo que realmente les preocupa a los críticos no es la supuesta centralización del poder sino precisamente su descentralización. Añoran la democracia simulada y fraudulenta de antaño y les angustia que los ciudadanos vayamos aprendiendo a ser sujetos activos en la toma de decisiones públicas. Entre más incide la sociedad, menos podrán seguir mandando las mismas cúpulas empresariales y mafias políticas de siempre.

Es importante reconocer que el autoritarismo no es una característica solamente de los gobiernos sino también de las sociedades. En lugar de defender sus derechos frente al sistema despótico, el ciudadano autoritario se burla de quienes protestan o levantan la voz. En lugar de reclamar sus derechos frente al patrón que lo explota y humilla, el trabajador enajenado se desquita violentamente con su esposa e hijos al llegar a casa. Y en lugar de abrazar a nuevos mecanismos de participación ciudadana, la mentalidad autoritaria los rehúye y los descalifica.

A pesar de décadas de vivir bajo el yugo de un sistema despótico, corporativo y clientelar, los mexicanos demostramos el pasado 1 de julio de 2018 que la personalidad autoritaria y el miedo a la libertad no habían logrado enraizarse en la cultura popular. Fracasó la campaña de miedo, de sumisión y de autodesprecio promovida por José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Enrique Krauze, entre otros. De la misma manera, hagamos votos y tomemos medidas para que esta lógica neofascista tampoco logre su propósito de hundir el barco de la Cuarta Transformación.

John M. Ackerman

Director del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) e Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Escritor y activista. Doctor en Sociología Política y Doctor en Derecho Constitucional.

Comentarios

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  • » ESTÁS EN LO CIERTO ‘ AMIGO JUAN ACKERMAN, TE DIJERA UNA PERIODISTA QUE TE INVITÓ HACE DÍAS A SU PROGRAMA, Y LO DE AMIGO , PUES BRINCOS DIERA YO.
    HACE. UNOS 15 DÍAS , MÁS O MENOS ESCRIBÍA UN MENSAJE DIRIGIDO A LOS DE LA SECTA DEL PODER ( PRIAMISMO, FIFIS, HUACHICOLEROS Y TODOS LOS ANEXOS) : » QUE : ¿CUÁL ERA EL TEMOR SOBRE EL EJERCICIO DE LA REVOCACIÓN DE MANDATO ?( LA CUAL DA PODER AL VULGO) .PROPUESTA POR NUESTRO PRESIDENTE LIC. ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, SI PRESISAMENTE ELLOS ESTÁN ASEGURANDO A TODO EL PUEBLO QUE TODAS LAS ACCIONES QUE ESTA HACIENDO EL NUEVO GOBIERNO VA EN PERJUICIO DEL MISMO ,
    LUEGO ENTONCES SE ESTABA ECHANDO LA SOGA AL CUELLO.

    EN CONCLUSIÓN, LES MENCIONABA QUE ES MIEDO, MIEDO A QUE LOS VUELVAN A RECHAZAR O HASTA DESAPARECER.
    SALUDOS.

    «APOYO TOTAL A MI PRESIDENTE.»

  • Pregona el dicho popular “¿A quién le dan pan que llore?”, lo que significa que nadie es tan tonto como para rechazar un bien apreciable que le es ofrecido de manera gratuita. También, sólo un perverso o un idiota podrían cuestionar que los colmillos del caballo que se le regala no son de su agrado, que es el contenido de un segundo refrán con que el pueblo evidencia a la estupidez.
    En consonancia, me parece que en materia del reconocimiento de mayores derechos políticos, económicos o sociales para los gobernados no existen sociedades autoritarias, sino personeros de los grupos privilegiados en ellas que pudieran verse afectados o que lo resultan, para poderse encontrar una explicación racional a la protesta.
    Si un grupo organizado de empresarios apoya la reelección de algunos puestos de elección popular y rechaza la revocación anticipada de otros, no es posible creer que es debido a una esquizofrenia colectiva -aunque fuera de 20 personas-, sino a causa de una exposición al peligro de mermar sus privilegios.
    Sería muy interesante conocer qué ganan ellos con lo primero y que nos platique qué es lo que pierden con lo segundo y que, si se han expresado en nombre de todos, digan cómo es que nos defienden ante la ganancia de los electores.