John Ackerman

Huachicoleo científico

Proceso, 17 de febrero, 2019

Por: John M. Ackerman (@JohnMAckerman)

 

 

La metáfora del huachicoleo se aplica no solamente al robo de combustibles, sino también a la sangría de recursos públicos a lo largo y ancho de la administración pública federal. El neoliberalismo no se ha limitado a la abierta privatización de los recursos naturales y las empresas del Estado sino que también ha implicado la sangría y el saqueo desde adentro de las instituciones gubernamentales. Con la abdicación de la rectoría del Estado durante los últimos sexenios se generó una rebatiña sin control de los intereses particulares y privados por el botín del presupuesto público.

Los recursos para la investigación científica no han sido la excepción. La nueva Directora General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Elena Álvarez-Buyllá, ha denunciado que solamente durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se transfirieron entre 35 y 65 mil millones de pesos a empresas privadas para sus proyectos de “investigación”. Uno de los programas estrella que se utilizó para este fin fue el Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) por medio del cual se canalizaron recursos a más de 500 empresas durante los últimos dos sexenios, entre las cuales se incluyen corporaciones transnacionales como IBM, Intel, Ford, General Motors, Monsanto, Bayer, Continental, Volkswagen, Sanofi, Nissan, Kimberly Clark e Industrial Minera México.

El propósito de este programa era supuestamente incentivar nuevas investigaciones de punta desde el sector privado en México. Sin embargo, los resultados han sido magros. En general, los recursos fueron utilizados para cubrir proyectos de investigación que estas empresas multimillonarias hubieran realizado de todas formas con sus propios recursos pero que ahora fueron subsidiados por el dinero de los impuestos de todos los mexicanos.

Otro programa donde se han encontrado abusos millonarios es el de Fondos Mixtos (Fomix), el cual funcionaba en las 32 entidades federativas, así como en tres municipios, incluyendo la ciudad de Puebla. Estos fondos originalmente tenían la intención de generar sinergias entre los diferentes niveles federativos a favor de la investigación. Sin embargo, la nueva Directora General del Conacyt ha denunciado que con el tiempo estos fondos se fueron convirtiendo en “las cajas chicas de los gobernadores” y se echaba mano de sus recursos para “proyectos especiales” que poco o nada tenían que ver con el desarrollo científico o tecnológico del país.

Otro saqueo fue la tendencia a subcontratar despachos externos para que realizaran actividades sustantivas de Conacyt. Por ejemplo, las labores de comunicación social fueron encomendadas a una “Agencia Conacyt” que dependía de una empresa de outsourcing. Y muchos dictámenes académicos y financieros, por ejemplo con respecto a la calidad y la gestión de las revistas científicas, fueron encomendados a consultores externos. En general, se estima un gasto de unos 363 millones por año por concepto de outsourcing durante la administración pasada.

Pero los intereses privados y particulares no solamente han recibido cuantiosos recursos públicos, sino que también se han metido hasta la cocina para imponer la política del Estado en materia de ciencia y tecnología. Por ejemplo, la actual Ley de Ciencia y Tecnología subordina la política nacional a un Consejo General de Investigación Científica, Desarrollo Tecnológico e Innovación en el cual participan tres representantes del sector privado con el mismo rango que los Secretarios de Estado. De manera extraña e inverosímil, los redactores de la ley colocaron este “Consejo General” por encima del “Consejo Nacional”, o Conacyt, cuya directora funge apenas como secretaria ejecutiva de esta otra instancia, parcialmente privatizada.

La actual ley también establece un Foro Consultivo Científico y Tecnológico financiado mediante recursos públicos y con una fuerte presencia del sector privado como “órgano autónomo y permanente de consulta del Poder Ejecutivo del Consejo General y de la Junta de Gobierno del Conacyt”. Adicionalmente, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se creó una nueva Coordinación de Ciencia, Tecnología e Innovación dentro de la Oficina de la Presidencia de la República con sus propias facultades y relaciones con el sector privado y grupos políticos del país.

Esta duplicidad de funciones e infiltración de intereses privados y políticas ha generado una compleja telaraña burocrática que ha maniatado al Conacyt, desarticulado la política del Estado en la materia y abierto amplios espacios para el manejo discrecional y opaco de los recursos públicos. Tal y como señala la importante iniciativa de reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología presentada recientemente por la Senadora Ana Lilia Rivera: “resulta indispensable que los cambios en la normatividad de ciencia y tecnología impidan que ciertos grupos del sector privado y gestores de recursos incidan negativamente en la política pública de ciencia, tecnología e innovación, así como que se utilicen recursos del sector para solventar obligaciones de los gobiernos de las entidades federativas.” Urge que el Congreso de la Unión avance con celeridad con la discusión y la aprobación de las necesarias modificaciones legales.

Elena Álvarez-Buyllá, directora General del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).

La intensa guerra sucia en contra de la Doctora Álvarez-Buyllá responde al hecho de que las nuevas autoridades pretenden una transformación de raíz en el Conacyt que acabaría con el huachicoleo, de bajo y alto nivel, de los recursos para la investigación científica. Se busca recuperar la rectoría del Estado en general, y del Conacyt en particular, con respecto a la política nacional de ciencia y tecnología. También se busca fortalecer las investigaciones dirigidas hacia la resolución de los grandes problemas de la Nación, dando una prioridad a la participación de la sociedad civil por encima de los intereses privados. El nuevo proyecto también busca fortalecer la soberanía nacional y la innovación tecnológica nacional. Y hay un nuevo énfasis en las humanidades y las ciencias sociales.

Con razón han empezado a ladrar con tanta furia quienes lucraban con el viejo sistema de neoliberalismo científico. Los cambios no siempre son fáciles, y los cambios profundos suelen generar grandes resistencias, pero cuando se presenta la oportunidad histórica para la transformación habría que aprovecharla al máximo.

Publicado originalmente en Proceso No. 2207, 17 de febrero, 2019.

John M. Ackerman

Director del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) e Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Escritor y activista. Doctor en Sociología Política y Doctor en Derecho Constitucional.

Comentarios

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  • A todos los que se lo preguntaban de donde saldría el dinero para sus programas sociales este articulo es la respuesta más lo que se encuentren más adelante; muchas de las instituciones estan infestadas de gente corrupta

    • Me parece indignante que se atreva a comparar a la ciencia con el tema del huachicoleo. La ciencia genera desarrollo, educación y busca bienestar y progreso para el país. Además, hablar de empresas privadas como sinónimo de empresas con dinero me parece un enfoque muy simplista. Por poner un ejemplo, si me titulé con una buena tesis y puedo llegar a producir mi idea para beneficio de la comunidad, decido iniciar mi empresa, pero necesito dinero que no tengo para desarrollar mi servicio o producto correctamente. El apoyo de CONACYT me permite madurar esta idea, incubarla y empezar los prototipos. Y no es nada fácil obtener un beneficio así. Los vínculos que existen con empresas privadas como Intel o Ford, son para tratar de que la ciencia no se quede en el laboratorio y trabaje en conjunto con la industria. Es una colaboración, no una dependencia.

      • La ciencia sí, el desviar fondos públicos para subsidiar grandes corporaciones no. Monsanto, IBM o grupo México no son pymes, son monstruos corporativos que no necesitan de esos recursos, recursos que no llegan a las PYMES que sí los requieren.
        Tampoco lo es el patentar a nombre personal descubrimientos que se realizaron usando fondos públicos. Esta es una práctica común en ciertos Institutos de Investigación, donde hay investigadores que sacan patentes a su nombre, y no a nombre de la institución o compartida, para lucrar con el conocimiento que ha sido desarrollado por un gran número de personas y financiado por los impuestos de todos. Eso también es corrupción.

      • Pues si.. Pero si se ese dinero se utiliza como debe, porsupuesto que es bueno pero estos corruptos todo se lo roban en colaboración con estas empresas. Y como son empresas privadas pues no les importa en lo mas mínimo el desarrollo del país

  • Señor Ackerman, no está usted bien informado. En todos los países de la OCDE hay incentivos económicos para empresas innovadoras. El PEI que usted cita apoyó financieramente a muchas empresas, más del 80% de ellas son MIPYMEs mexicanas. El 85% de los proyectos involucraron la vinculación con instituciones de educación superior y centros de investigación del país, lo cual implica que buena parte de los recursos fluyó hacia esas instituciones. Además, debe usted saber que por cada peso público invertido en estos proyectos, las empresas invirtieron 1.18.
    Respecto a los Fondos Mixtos, la «caja chica» que usted cita nada tiene que ver con la realidad, pues acceder a esos recursos implica un proceso complejo que comienza con la publicación de demandas específicas definidas por los gobiernos estatales y municipales (hay tres Fomix de municipios), después de haber sido acordadas con las áreas usuarias del conocimiento a generar y con el propio Conacyt; después, hay un proceso competitivo en el que diversos proponentes presentan sus proyectos; las propuestas son evaluadas por comités de evaluadores que deben pertenecer al Registro CONACYT de Evaluadores Acreditados (la evaluación es rigurosa e incluye aspectos científicos, técnicos y financieros); los proyectos aprobados deben dar lugar a un convenio de asignación de recursos que se traduce en compromisos para la institución proponente, es decir que hay que entregar resultados en tiepo y forma; los avances y resultados son revisados por los mismos evaluadores, quienes podrán aprobarlos o rechzarlos. En este último caso, si el proyecto no rindió los resultados comprometidos, procee la devolución del recurso. Debe usted saber que hay un manual de procedimientos que no sería malo que analizara antes de hacer sus afirmaciones.
    Tampoco sería mala idea que fuera a los estados para que vea qué se ha hecho con recursos de los Fomix y así podrá saber si su apelativo de huachicoleo tiene fundamento o es lo que verdaderamente es: una injuria hecha con el estómago y no con la mente.
    Finalmente, no le va mal saber que los Fondos Mixtos se sustentan financieramente con recursos de la federación y de los propios estados o municipios, según sea el caso.
    Lo invito a documentarse en la fuente original, antes de aceptar lo que le comentan y a partir de eso, emitir ofensas que después se le pueden revertir. Recuerde que hay dos cosas que nunca se pueden devolver: el tiempo y la palabra pronunciada.

    • Usted cree que en verdad han utilizado bien ese dinero que se destina para eso?? Porsupuesto que no. Seria bueno que esas empresas ayudaran a la innovación y desarrollo de tecnología del país pero como son privadas no les importa

  • Transferencia de 35 mil a 65 millones de pesos… El presupuesto total de Conacyt es de 28 mill millones eso quiere decir que a programa de estímulos a la innovación se destinó entre el 21% y 38.6% del total del presupuesto anual de conacyt… Cosa que es una tontería… Pero les gusta lanzar números al aire que resultan escandalosos si hacer el mínimo de matemáticas

  • Todo debe ser evaluado y con base en eso rebuznar. Respondamos cual es la eficiencia en la investigación mexicana?. Uno o dos trabajos originales y relevantes justifican el gasto en ciencia?. Por supuesto que si queremos salir adelante se debe invertir el 5% del pib, pero con los tranzas científicos en todas las áreas que conozco personalmente yo no les daría ni un peso. Veamos los plagios, refritos, simulación y amiguismo, que son la regla y no la excepción en ciencia. Las ciencias Sociales por otra parte ya nacen podridas e inútiles. Son los prófugos de las matemáticas, la física y el pensamiento científico, crítico, objetivo y racional.

  • Wuao es increible hasta donde han llegado estos corruptos,como es posible que subsidien empresas privadas en lugar de apoyar a nuestros jovenes y sus proyectos cientificos. Apostar a invertir en el desarroyo de ciencia y Tecnología en veneficio de nuestro pais no en empresas privadas. Y se critica que no hay dinero… Pero enverdad lo hay, el problema es que no se utilizaba como se deve……