Por: John M. Ackerman (@JohnMAckerman)
El retorno del General Salvador Cienfuegos a México confirma una vez más la enorme fortaleza de la política exterior del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Los Estados Unidos buscaban utilizar la detención del ex-Secretario de la Defensa Nacional para presionar al gobierno mexicano con el fin de someterlo al mando de Washington. Pero le salió el tiro por la culata al procurador estadounidense William Barr.
No podemos ser ingenuos. El espionaje de las autoridades estadounidenses en contra de Cienfuegos, desde 2013, jamás fue con el propósito de luchar en contra de la corrupción o combatir al narcotráfico. Estos dos asuntos les tienen sin cuidado a los Estados Unidos siempre y cuando haya obediencia ciega de parte de los gobiernos extranjeros a Washington.
El propósito del espionaje era contar con información privilegiada sobre las actividades del Estado mexicano con el fin de poder chantajear e imponer la voluntad del Pentágono a la Ciudad de México. Tal y como ha sido revelado por Edward Snowden, el gobierno de los Estados Unidos suele intervenir ilegalmente las comunicaciones privilegiadas de los altos mandos de gobiernos aliados, y en particular de México, con el fin de fortalecer su posición estratégica en la diplomacia internacional.
Las autoridades estadounidenses pudieron haber actuado en contra del General durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, deteniéndolo in flagrante. Pero no era necesario ya que el gobierno anterior era siempre servil a todas las órdenes de Washington. Y la amplia información de inteligencia disponible a Barr le hubiera permitido actuar ahora en contra de otros altos funcionarios del sexenio anterior. Pero se determinó que sólo la detención de Cienfuegos en particular generaría el impacto esperado frente al gobierno actual.
En suma, la detención de Cienfuegos al aterrizar en el aeropuerto de Los Ángeles el pasado 15 de octubre, en camino a Disneylandia en compañía de su familia, no fue una acción a favor de la rendición de cuentas sino un acto de intimidación hacia el gobierno mexicano. El propósito fue dar un golpe en la mesa para intentar obligar a López Obrador a retornar a la situación imperante durante los sexenios de Felipe Calderón y Peña Nieto en que las agencias de seguridad de los Estados Unidos tenían control sobre la estrategia de seguridad pública en México, así como acceso irrestricto al territorio y a las instituciones mexicanas.
Recordemos que el sistema de procuración de justicia de los Estados Unidos cuenta con una enorme discrecionalidad. No son las pruebas sino las decisiones estratégicas de los fiscales las que determinan si se avanza o no en un caso determinado. Al norte del Río Bravo, la ley se negocia constantemente y el Estado de derecho siempre está subordinado a las consideraciones políticas.
Quince días antes de la detención de Cienfuegos se había intentado presionar a López Obrador por medio de la filtración de información extraoficial sobre el caso, tal y como lo informó el mismo Presidente Mexicano en la conferencia de prensa del 16 de octubre. Pero al ver que no surtió efecto esta primera comunicación, enviada de manera indirecta al estilo de los mensajes de la mafia, el Procurador Estadounidense intentó dar una muestra de fuerza con la detención pública del General.
Pero fracasó este torpe intento de amedrentar al Estado mexicano. En lugar de responder con señales de rendición y sometimiento, el gobierno de López Obrador emitió inmediatamente una nota diplomática en reclamo por la evidente violación de los acuerdos binacionales de colaboración en materia de seguridad pública. Y en pláticas posteriores el Canciller Marcelo Ebrard dejó perfectamente claro que habría represalias si no se rectificara la situación.
“¿Qué va a ocurrir? Hay dos caminos, o se repara esa violación al acuerdo que existe entre ambos países o entonces nosotros pondremos sobre la mesa revisar toda la cooperación, porque, ¿quién lo puso en duda? ¿Nosotros? No,” declaró públicamente nuestro Secretario de Relaciones Exteriores.
Finalmente tuvo que recular el gobierno de Donald Trump y el diferendo diplomático terminó con una clara victoria para el gobierno mexicano, a favor de la soberanía nacional y el Estado de derecho internacional.
Ahora bien, López Obrador ha sido meridianamente claro de que absolutamente nadie se encuentra por encima de la ley. Tanto la Fiscalía General de la República como la Secretaría de la Defensa Nacional tienen hoy la responsabilidad histórica de cumplir con su compromiso público de no encubrir a absolutamente nadie.
Hagamos votos y confiemos en que se haga realidad la declaración del General Luis Cresencio Sandoval, realizada durante las celebraciones del aniversario de la Revolución Mexicana el pasado 20 de noviembre, de que “el camino en la carrera militar es recto y no admite desviaciones de ningún tipo”. Si Cienfuegos cometió algún delito debe terminar en la cárcel.
Que bien explicado y claro!! Felicidades Dr
well that is surely one possible spin, but I am not sure it suggests some sort of nobility about the current adminisration…it is impossible to attain high office or ranking without some sleazy shennanigans…Cienfuegos is a sleaze as are/were the administrations of all pols in every country around the world
You are so right: «it is impossible to attain high office or ranking without some sleazy shennanigans» proof of the accuracy or your statement is Donald Trump…
La periodista Anabel Hernández ha demostrado en sus investigaciones sobre el caso de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa que el Ejército mexicano estaba espiando a estos estudiantes y los altos mandos lo sabían como este señor Cienfuegos. Los estudiantes fueron desaparecidos por el ejército y el crimen organizado de la región. El narcotráfico en México se ha hecho durante años en acuerdo con los militares y el crimen organizado. Cómo es posible que no se le haya perseguido en México a Cienfuegos después de las investigaciones que lo señalan como un actor importante en la mafia? Y porqué ahora que los Estados Unidos lo detienen, el gobierno mexicano pide su libertad? Es vergonzoso que esto haya sucedido. El pueblo mexicano ha sufrido mucho a causa de la violencia de esta gente y ahora, el presidente mexicano lo libera, así como liberó al hijo del Chapo y así como le fue a dar la mano a la madre del Chapo. Anabel Hernández lo dice bien que este presidente quedará como aquél que liberó a Ovidio Guzmán, le fue a dar la mano a la madre del Chapo y liberó a Cienfuegos. Que vergüenza!
AMLO ES EL PRESIDENTE MAS HONESTO QUE HEMOS TENIDO. Y VOLVERIA A VOTAR POR AMLO SIN DUDA. APARTE DE INTELIGENTE Y HUMANISTA AMLO ES MUY PRUDENTE Y PATRIOTA
Anabel lo demuestra a quien quieren verle la cara? La justicia en Mexico despues de Colosio, hasta los 43 de Ayotzinapa NOLES CREEMOS y ahora aqui le haran justicia a Cienfuegos?
John M. Ackerman, saludos para ti en primer lugar. Si no detuvieron a Cienfuegos en la gestión de Peña Nieto a la espera de tiempos mas adecuados estrategicamente; ¿como iban a saber los norteamericanos que a futuro estaría Andrés Manuel lópez Obrador en la presidencia para fastidiarlo? De cualquier forma, Cienfuegos tiene delitos cometidos y comprobados, los norteamericanos no estarían inventando, Cienfuegos tiene que pagar. Quiero seguir confiando y metiendo las manos al fuego por AMLO y en tí. Que no séa mas pan y circo para el pueblo.
Es lo que tambien pienso. Si hay pruebas deberia ir a la carcel. Personalmente creo que si es culpable.Deben mostrar las 700 hojas de la DEA es la unica manera de que estemos seguros si es culpable o no. Recordemos que comenzaron a investigarlo antes de que AMLO fuera presidente y que un Grand Jury en New York dijo que habia suficientes pruebas para detenerlo.
Esta buena la novela, casi me la creo… antes era un logro que lo habian capturado, ahora fue un logro que lo trajeron y lo liberaron.. si que son chingones¡¡
A mí me queda la duda. Todos los intelectuales militantes de Morena, incluido el Dr. Ackerman celebraron la detención del narcogeneral como una victoria para el gobierno de AMLO. Pero ahora resulta que no fue tal?
Y la otra cuestión, cuál es la esperanza que la justicia en México haga su trabajo? Lo más probable es que cualquier prueba que tuviera la fiscalía de EEUU no se compartió con México, por lo que lo más probable es que el narcogeneral no vuelva a tocar la cárcel jamás.
Y finalmente, la soberanía nacional no está sometida a los intereses políticos de Washington? El presidente AMLO viajó por indicaciones de Washington a visitar a Trump en plena campaña electoral. El partido republicano utilizó esa visita para bombardear al mercado mexico-americano en Texas con anuncios mostrando la imagen de AMLO de la mano con Trump. Varios condados con inmesa mayoría de mexico-americanos en EEUU que apoyaron a Clinton hace cuatro años, votaron de manera masiva por Trump. Y ni qué decir del hecho que el gobierno de AMLO aceptó convertir en México en 3er país seguro en los hechos o que Trump nunca dejó de presumir que obligó al gobierno mexicano a desplegar al ejército a combatir la migración. Así que la soberanía nacional ya estaba sometida, y de sobra, a los designios de Washington.
[…] Con información de La Jornada. […]
Desde aquí se aprecia impunidad, al parecer el padrino se amaparara , lo defenderá abogansters como Diego Fernández, Lozano Gracia o se irá a un país sin tratado de extradiccion.
Excelente análisis Dr. Ackerman, como siempre un placer leerlo.
John Ackerman buenos dias, felicitaciones por tu excelente trabajo informativo, lo mas sensato que he leido sobre este tema