John Ackerman

¿AMLO contra la prensa?

Videocolumna, RT en español, 30 de julio, 2019

Por: John M. Ackerman (@JohnMAckerman)

 

 

¡Otra vez lo hizo ese López Obrador! ¡Se atrevió a expresar su opinión sobre un medio de comunicación! ¡Qué autoritario! ¡Se va a acabar el mundo!

La semana pasada, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un llamado a favor del periodismo con compromiso social, un periodismo que no solamente analiza la realidad, sino que también toma partido y le apuesta a la transformación del país, siguiendo los ejemplos de Francisco Zarco, de los hermanos Flores Magón y de muchos más.

Ojo, López Obrador no tomó absolutamente ninguna acción en contra de periodista o medio alguno: simplemente, expresó su opinión.

«¡Censura!», gritaron algunos. «¡Dictador!», exclamaron otros.

Los medios deben tener rienda suelta para criticar al presidente, pero el presidente no puede opinar sobre los medios es, al parecer, la extraña lógica de algunos periodistas.

Para mis amigos, la libertad de expresión; para mis enemigos, el silencio y la mordaza.

Y dicen defender la democracia, ¿eh?

El diferendo es ideológico en el fondo. Con enorme soberbia, algunos periodistas insisten en imponer a los demás su particular visión neoliberal de que es y no es el periodismo.

Dicen que la única prensa que vale la pena es la que se mantiene «neutral» y es «crítica del poder» y que los demás serían «propagandistas».

¡Nada más falso!

Los medios de comunicación no bajaron del cielo junto con los ángeles, sino que son empresas que se dedican a vender información.

Los medios tienen dueños. Pueden ser privados, públicos o de la sociedad civil, pero ninguno es plenamente independiente o puro.

Todos, absolutamente todos, tienen algún sesgo. Hay medios conservadores, liberales, de izquierda y de derecha. La pluralidad y el debate entre diferentes posturas y la transparencia de las orientaciones de cada quien fortalecen la democracia y nuestro derecho a saber.

También es importante recordar que ‘el poder’ está en todas partes: en la bolsa de valores, en la sociedad civil, en las grandes empresas, en las comunidades indígenas, en Washington y en Palacio Nacional.

Lo importante, entonces, no es ‘criticar al poder’ a secas, sino escoger bien a qué poder dirigir las necesarias críticas.

La neutralidad no existe y es imposible ser independiente del poder como tal.

Hay que tomar postura, ser honestos y comprometernos con las causas sociales.

¿Qué causa es la tuya?

John M. Ackerman

Director del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) e Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Escritor y activista. Doctor en Sociología Política y Doctor en Derecho Constitucional.

Comentarios

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  • Bien dicho y mejor expresado mi querido John! El periodismo con compromiso soes el que transforma a la sociedad y son los periodistas comprometidos con el pueblo los que encabezan las grandes luchas sociales. Ánimo! Y ni un paso atrás en la 4T.

  • Efectivamente no existe la neutralidad ideológica, quienes se amparan en esa falacia son hipocritas, cobardes y mentirosos. El presidente tiene todo el derecho de ejercer su derecho de replica.

  • Gracias por esta informacion Sr. Ackerman, muhcos de sus articulos son muy interesantes, creo que estamos viviendo tiempos de cambio en el periodismo.

    Es ridiculo como los medios tradicionales creen ser los unicos de tener derecho a criticar.
    Y es de llamar la atencion como ahora en Mexico el gobierno tiene mas credibilidad que el periodismo de los medios tradicionales, jaja es de risa.

    Me parece que esos medios de comunicacion tradicionales no han sabido como actuar ante las redes sociales, y se vieron afectados economicamente por la disminucion de ingreso desde el gobierno y ahora solo tratan de aferrarse a sus privilegios.

  • El periodismo de investigación, comprometido con su ideología, serio, responsable de costumbres, geografía económica, apoyo a la sociedad para buscar equilibrio.
    Nunca será rebatido, los apoyos, con que colegiados, los testigos presenciales, los personajes citados, las cifras documentadas, las citas bibliográficas, la jurisprudencia, la historia bien contada, nada ni nadie la derriba.

  • Apreciable John.

    Existe un código de ética, como en todas las profesiones, pero existe uno que debe de ser el prominencia, el de la calidad humana del que surge la calidad profesional, el que, asimismo proviene de la Educación Profesional y la que empieza – como sostengo – se mama.

    En nuestro país, esa última calidad se ha olvidado, omitido y la debemos rescatar, no todo tiene precio, no todo es dinero, pero si importa saber de donde provino esta desarticulación histórica y la sabemos, desde aquellos entonces en que las libertades, que producto del nacimiento del Estado moderno se fundó a partir de la Revolución Francesa, pero que nace de los escondrijos de los pensadores del Siglo de las Luces, del Enciclopedismo Europeo que aporta estos «decires» a los individuos, que se tiene que perfeccionar el de a quienes dirigir las ideas, como dirigirlas y hasta donde respetar al Rey, al Gobernante y en ello, se había concretado la previsión de la respetabilidad de la investidura.

    Son lecturas interesantes la de la historia. hasta hoy, la profesión del periodismo en la concepción de los jóvenes -o de diversos jóvenes – es, que se trata de una profesión muy lucrativa cuando se alcanza cercanías del poder, lo que la puede volver una actividad no tan ética.

    Particularmente, yo entiendo que se trata de un servicio público, empero, la necesidad de la crítica, la crítica sana, la crítica académica, la crítica científica, la expresión del «¡YO CREO QUE ASÍ DEBIERA DE FUNCIONAR!», debiera de ir «SUSTENTADA CON RIGOR, EN SU CALIDAD PROFESIONAL, HUMANA, MORAL Y DE INTEGRIDAD CIUDADANA», cuando los ciudadanos empezamos a perder nuestra calidad, no siempre tenemos la razón al opinar, solo por que estamos al servicio de algun medio movido por conveniencias por poderosas maquinarias opositoras al servicio de los obscuros intereses ocultos en los actos del Cohecho, que producen corrupción.

    Por último, en nuestro país, hemos perdido los fines sociales de la profundidad en cuanto al Derecho a la Libertad, sobre el respeto a la investidura Presidencial, confundiendo la Prominencia con el acto de la Vituperación como un derecho ciudadano al no estar de acuerdo.

    Saludos.

    Brindo por el cambio y la consolidación del bienestar en México.
    Saludo la IV Transformación y mi adhesión al proyecto del
    Presidente Constitucional.

    L. Eric O. F. Ochoa y Valdés.
    Consultor y promotor en salud..