Por: John M. Ackerman (@JohnMAckerman)
La obsesión de los consejeros electorales Ciro Murayama y Lorenzo Córdova con la supuesta “sobrerrepresentación” de las fuerzas Obradoristas en la Cámara de Diputados data de muchos años atrás. A estos fieles servidores del viejo régimen les incomoda que el Presidente cuenta con el respaldo del Congreso de la Unión para la aprobación de sus iniciativas y reformas legales.
Una y otra vez, Murayama, Córdova y sus colegas del Bloque Opositor Amplio (BOA) han intentado utilizar artimañas y triquiñuelas jurídicas con el fin de reducir la cantidad de diputados que apoyan a la Cuarta Transformación.
Esta posición contrasta de manera notoria con la actitud celebratoria de estos mismos actores frente a la supuesta “unidad nacional” lograda a partir de la firma del Pacto por México en 2012 y que llegó a controlar a 400 de los 500 curules en la Cámara de Diputados. En aquel momento, el hecho de que una sola fuerza política dominara 80% de la Cámara no se consideraba como una peligrosa “sobrerrepresentación” sino como un sano consenso.
El pasado diciembre hubo un primer intento del INE para darle un descontón a la presencia del Obradorismo en el poder legislativo. Tal y como hemos documentado en estas mismas páginas, la idea era obligar a Morena a compartir el tope de ocho por ciento de sobrerrepresentación permitida por la Constitución con los partidos aliados a su causa (véase: https://bit.ly/3cVIDvI).
La mayoría de los consejeros afortunadamente rechazó esa evidente treta ilegal que equiparaba a partidos y coaliciones. Sin embargo, el pasado viernes 19 de marzo se aprobó una nueva resolución con características muy similares a la anterior, ahora con el sorpresivo apoyo de tres de los cuatro nuevos consejeros nombrados el año pasado: Carla Humphrey, Uuc-kib Espadas y Martín Faz.
El artículo 54 de la Constitución es perfectamente claro. El inciso V establece un tope de sobrerrepresentación de ocho por ciento por partido: “En ningún caso, un partido político podrá contar con un número de diputados…que representen un porcentaje del total de la Cámara que exceda en ocho puntos a su porcentaje de votación nacional emitida”.
Recordemos que desde la reforma electoral de 2014 cada partido político debe aparecer de manera independiente en la boleta electoral y ya no se permiten clausulas de traslado de votos entre partidos coaligados. Cada partido tiene que ganar su propio respaldo ciudadano en las urnas y esa votación es la que debe contar a la hora de repartir los diputados plurinominales o de “representación proporcional”.
Sin embargo, de manera arbitraria y con base a argumentos jurídicos espurios, siete de los nueve consejeros electorales ahora han decidido fabricar por arte de mágica un nuevo término que simplemente no existe en la normatividad electoral: la “afiliación efectiva”. Armados con este concepto fantasmagórico, no serán los electores o los institutos políticos sino los consejeros electorales quienes decidirán para cual partido contabilizar cada uno de los diputados electos a la hora de distribuir los curules plurinominales.
De acuerdo con el criterio de la mayoría conservadora del Consejo General del INE, lo que cuenta no es la decisión libre del elector al escoger uno u otro escudo partidista en la boleta electoral o el contenido del convenio de colaboración entre partidos, sino el oscuro cálculo realizado por los consejeros electorales detrás bambalinas. Es decir, mi decisión de tachar el escudo del partido Morena, o del PT o de cualquier otro partido, simplemente no tendrá validez si los consejeros determinan que el candidato votado “en realidad” pertenece a otro partido.
Todo ello supuestamente “con la finalidad de reflejar de mejor manera la voluntad de las ciudadanas y los ciudadanos expresada a través del sufragio”, argumentan los consejeros con enorme cinismo e hipocresía en su proyecto de resolución. El verdadero propósito es inconfundible: se busca reducir de manera unilateral y autoritaria la cantidad de diputados obradoristas que puedan llegar a la Cámara de Diputados.
En suma, el INE ha decidido tratar a los ciudadanos como si fuéramos menores de edad, carentes de juicios propios e incapaces de discernir las diferencias entre partidos y opciones políticas. De manera paternalista, los consejeros electorales suplantan a los electores con el fin de purgar al país de lo que ellos consideran una ideología “populista” y peligrosa.
Se confirma una vez más que el INE milita abiertamente en contra de la transformación de la Patria. En las elecciones de 2021, como en 2018, la tutela de la democracia correrá a cargo de los ciudadanos frente a la traición comprobada de parte de las instituciones electorales.
Lo que no entiendo es porque no actúan los Diputados, contra estos ampones de la democracia, tienen la facultad y Ciro Murayama y Lencho Córdoba son criminales de la democracia muy bien pagados por el pueblo, con un sueldo anticonstitucional, para cuando cumplen con su fució, de: ATENDER LAS DEMANDAS DEL PUEBLO Y, ANTE ACTOS DE CORRUPCIÓN, LLEVAR A JUICIO POLITICO, CARCEL Y REGRESO DE LO ROBADO A ESTOS FUNCIONARIOS.
Quizás el Dr. Ackerman olvidó que el tema de la sobrerrepresentación nada tiene que ver con el voto directo. Si el Dr. Ackerman vota por un partido y su candidato, y ese partido gana, solo o en coalición, entonces ese cándidato gana la elección y sanseacabó. Así marca la ley, y el Dr. Ackerman intenta distorsionar el tema para que parezca que este es el problema.
Pero simple y sencillamente, no. No lo es. Esto es un tema de engaños de Morena. Pues ellos (como sus compas del PRI hace seis años) empezaron a imponer a sus candidatos como candidatos de los supuestos partidos en su coalición. Es decir, un candidato afiliado a Morena, lo presentaron como candidato del PES, para así, una vez ganada la contienda, pareciera que el PES ganó y no Morena. Con esto, los de Morena se hacen de más pluronominales de los que por ley les corresponde, y una vez consumada la elección, todos, los que ganaron por Morena, por el PES y los pluris asignados, se integran en la bancada de Morena. Un obvio engaño a la ley.
Ahora el INE, incluídos los consejeros que el mismo Dr. Ackerman tanto defendió y aplaudió, dice lo que es obvio. Si un candidato está registrado con Morena al momento de la elección, el triunfo, sin importar el partido que lo postule, será contabilizado para Morena.
Se quejan los porristas de Morena que es lo mismo que hizo el Pacto por México (que es mentira), y entonces la pregunta obvia es, ¿no se supone que Morena no es igual a los demás? O porque antes los corruptos lo hacían, ¿ahora le toca a Morena hacerlo? Gracias por dejar en claro que ya no importa por quién se vote, el cochinero es el mismo. Todos los partidos políticos son la misma porquería y los que trabajan para ellos también son la misma basura, sin importar el color. No quieren transformar al país, solo quieren su turno para desfalcar al país. Vergonzoso que el Dr. Ackerman lo defienda.
¿Asi? O más tóxico. Al menos pon tu nombre completo. Respalda tu tóxico comentario con tu nombre y apellido. No te escondas en el anonimato que te ubica en la nómina de los Coparmexos, BOAS y demás miembros que se escudan en el anonimato.
Hay que preguntar cuando México tendrá un Instituto Electoral realmente imparcial.
Me uno al comentario de Arnold Rocha García. Es tiempo de que él Congreso de la Unión desaparezca al INE, así como en su tiempo, los neoliberales desaparecieron al IFE, ahora es tiempo de cerrarle la puerta a ése nefasto, oscuro y opulento organismo que en nada abona a la consolidación de la democracia en México. Como dijo José Martí, conozco al monstruo porque he vivido en sus entrañas. La Comisión Federal Electoral, el Instituto Federal Electoral y el actual Instituto Nacional Electoral, fueron creados para validar los fraudes electorales del prianismo. Ya es tiempo de acabar con ellos.
Es una vergüenza tener un INE que claramente tiene una participación política en los procesos de elección en México. Manifiesta una clara alianza con los grupos opositores al presidente electo democráticamente por más de 30 millones de mexicanos. El asunto central es la destitución de Lorenzo Cordova que está pervirtiendo la función de esta institución. ¿qué se debe hacer? y, ¿qué se está haciendo para su remoción?.