Cada vez resulta más sostenible afirmar que la simple celebración de elecciones populares sea una garantía para lograr una efectiva gestión gubernamental. La “democracia delegativa” que Guillermo O`Donell identificara como un fenómeno emergente en América Latina se ha convertido ya en la regla para la mayoría de los países de la región.
A pesar de haber experimentado importantes transiciones políticas, se siguen presentando graves problemas de ineficacia gubernamental, corrupción y “captura” del Estado por intereses particulares. Asimismo, la sistemática violación de los derechos humanos continúa incrementándose de forma dramática.